viernes, junio 12

ME LLAMASTE POR MI NOMBRE


Conocí tus ojos antes de conocerte a ti, un azul, color del mar, aún lo recuerdo; después conocí tus labios, carnosos, suaves y exquisitos; después te conocí completo, tus manos, tus brazos, tu cuerpo entero, el color arena de tu piel; te miré, te conocí, y tú… ni siquiera miraste.

Conocí tus manías, tus pretextos, tus palabras y tu voz, conocí cada una de tus facetas. Conocí tus parrandas y tus desveladas; descubrí todo lo que no habías dicho a nadie, y tú… ni siquiera preguntaste.

Conocí y memoricé cada uno de tus gestos, las muecas que hacías al hablar, la calidez de tu plática, aunque no fuera para mí; conocí tu aroma, conocí tu interior; reconozco esa luz que irradias, la facilidad y espontaneidad de tu sonrisa, la franqueza de tus sentimientos, y tú… ni siquiera imaginaste.

Lo recuerdo bien, tus pantalones negros de vestir, tu camisa azul cielo, que bien combinaba con tus ojos, tu melena café claro acomodada como si una fresca corriente de aire hubiera corrido por entre ella; el movimientos de tus manos y la felicidad que reflejaba tu sonrisa mientras con tus amigos caminabas.

Tus pasos firmes y seguros; la luz de tus ojos atrajeron mi atención y te miré, te miré con tristeza porque sabía que tú no me tomabas en cuenta, te miré y me miraste, pero pensé que era a alguien más, así que volteé a los lados y volteé hacia a ti de nuevo y con una enorme sonrisa y una tierna mirada mencionaste mi nombre, me llamaste por mi nombre, nunca lo hubiera pensado, tú habías hecho lo mismo, me conocías como yo a ti, nunca lo demostraste porque pensaste que no te haría caso, después de todo, el mundo si es mágico, la casualidad nos unió, quién lo hubiera pensado, y tú… me llamaste por mi nombre.


Nota: este poema fue escrito... creo que el 24 de agosto del 2005 a las 21:45 horas.

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