martes, septiembre 27

Rapsodia de una estrella vagabunda (frag. 2.5)




Hay veces que te extraño demasiado
Ya sea por el transcurrir lento del tiempo
O por los atardeceres que te has perdido a mi lado
Ya se por aquel viento que persigue a mis sentimientos
O por la lluvia que se esta yendo
En realidad no se porque te extraño tanto.

Cada puente que cruzo
Cada recuerdo que fotografío
Cada pensamiento que mimetizo
No importa cual sea la razón
El cielo ya no esta azul como en nuestros días juntos.

No puedo negar que he dejado de sonreír tal como te gustaba
No puedo negar que mi semblante sombrío se ha tornado
Y podría decirte que me preocupa
Pero realmente no es verdad.

¿Qué si te extraño?
Por supuesto, es una pregunta tonta
¿Acaso no sabes la importancia que tienes para mí?

Tus ojos oscuros
Tus cejas pobladas
Tú mirada felina…
Que en realidad siempre me ocultaba algo
Tus manos de artista
Tu alma poética
Tu aura celeste
Y esa energía que irradiabas.

Ahora lo puedo decir sin derramar una sola lágrima, cuando te fuiste llore durante días completos.

Sabía que te perdería para siempre, que muy probablemente seria nuestro último encuentro, nuestro ultimo beso, nuestros últimos recuerdos… juntos, lo sabia y aun así, no pude evitar llorar, no pude evitarlo, significabas tanto o más que ahora en mi vida.

Me recupero no te preocupes, poco a poco todo lo que se había vuelto gris, fue tomando de nuevo color y luz… ¿de donde? La verdad es que lo desconozco, solo se que te extraño, a veces poco, a veces demasiado, pero… se sin embargo que tu estas bien donde estas, se que no puedo decirte nada porque por esa razón, no quiero que vuelvas, no quiero arrebatarte lo que tienes y arrancarte de donde eres.

No te preocupes…
Te extraño, pero ahora todo esta bien.

lunes, septiembre 19

Rapsodia de una estrella vagabunda (Fragmento 0.001)

Aquel día todo comenzó diferente, llovía de madrugada después de unos días de calor primaveral, un sentimiento de que viviría un día distinto le llenaba el corazón. Abrió lo ojos lentamente después de la sorpresa que le provocó el despertador de su teléfono, decía para si misma
- Un rato mas, además es tarde para bañarme he irme a la escuela - así que apago el despertador y se volvió a dormir.

Cuando volvió a abrir los ojos, se dio cuenta de que ese día definitivamente no iría a la escuela
- ¿Otra vez comenzare a faltar? - y se contesto inmediatamente que eso no pasaría, que solo seria por ese día, ya que la tarea para el lunes no la había hecho
– De camino leeré lo de mañana – y salió rumbo a su destino al azar para ese día.
Mientras esperaba la combi, para salir al centro a tomar otro transporte una suave brisa de lluvia que recién paraba después de la madrugada, le empapaba la ropa negra que decidió ponerse en la mañana. En su enorme mochila de corazones, le cabían muchas cosas, la libreta donde le escribía cartas a su novio, copias que tenía que leer para su clase del martes, una pequeña libreta verde donde anotaba los pendientes de la escuela y fechas importantes. Hacia unas dos semanas se la había comprado para no tener que usar una agenda, por varias razones por supuesto, en primer lugar porque es muy caro comprar una agenda de las que a ella le gustaban, en segundo lugar, porque era demasiado formal para su personalidad que consideraba rebelde de las reglas sociales comunes.

Otra multitud de cosas cargaba aquella mochila, que de cierta manera, la ayudaban a sentirse cómoda o quizá un poco menos lejos de casa.

Una chica que venia desde antes en la combi se le quedo viendo extraño, quizá porque iba toda de negro y con el gorro de la sudadera puesto
– ¿Que me ve? Bueno, no me importa - .

Corrió un poco en la subida, y luego camino rápidamente para tomar el camión que la llevara al metro. Estuvo esperando un rato, ya que el que ella necesitaba, tardaría un poco. Al subir al camión, su única rutina de siempre… escuchar música.
Por lo regular, se dejaba los audífonos durante todo el camino, pero ese día a la mitad se los quito, como si alguien le hubiera dicho – Es peligroso, quítatelos –.

Minutos después de quitárselos, un muchacho de aproximadamente unos 27 o 28 años subió al camión y dijo algo que ella no sabia bien si era en broma o en serio – Como ya se la saben, les agradecería que fueran sacando pulseras, anillos, carteras, todo lo de valor y que me lo den, ya que con eso voy a comprar las medicinas de mi mamá que sufre de convulsiones y yo no sabia hasta hoy que me chispe de Barrientos –

De momento pensó - ¿Qué le voy a dar? Quizá la argolla que él me regalo, o quizá algo de dinero, pero no el celular, pues no podre comunicarme, ni sacare el monedero ya que me quedare sin dinero para volver… pero.

Algo sobrenatural al parecer la había escondido, ya que ni siquiera la volteo a ver aquel tipo, en cambio le había robado el celular al chico que venia sentado junto de ella.

Después de eso el camino se hizo mas corto y prefirió no pensar en nada relacionado con lo sucedido. Al llegar al metro, su mente viajo a un lugar que hacia unos años había querido visitar, pero que no había tenido la oportunidad de hacerlo, un lugar con el que llevaba tiempo soñando.

miércoles, septiembre 7

Rapsodia de una estrella vagabunda Fragmento 0.002

Se sentó en su balcón a esperar el amanecer, mientras pensaba en él.

Un cielo azul violeta, con nubes que predecían que llovería, una neblina azul como la del libro que había leído, se iba convirtiendo en gris blanquecina mientras pensaba en el final de aquel libro, tenia razón, la razón de su falta de sonrisa
– No estoy triste, simplemente no sonrió – decía en sus adentros mientras el fugaz momento de paz se desvanecía para dar paso a un amanecer nublado.

Pequeños charcos de agua que se quedaron después de la lluvia en el techo de su vecina, un delicado viento matutino, los recuerdos de la secundaria, los salones a oscuras y su acostumbrada vuelta por talleres y laboratorios para ver todo a oscuras, los focos solo alumbraban lo necesario, todo era tan diferente a cuando el sol iluminaba todo; verlo de lejos, allí estaba como siempre, sentado en el mismo lugar de costumbre, frente al salón, esperando a la maestra Hortensia que les daba español a la primera hora; si no estaba allí, también estaba dando vueltas atrás de los salones y ella recordó de pronto las miradas de cuando se llegaban a encontrar en sus paseos matutinos en la oscuridad.

Ver a los de nuevo ingreso le traía tantos recuerdos, y siempre de cada uno de ellos, de cada una de esas personas, siempre se preguntaba ¿Qué habrá sido de ellos? Y su respuesta siempre era la misma: “casados seguramente”.

Ella no estaba interesada en ese tema, aunque a veces solía pensar que un novio no le vendría mal, pero siempre, inmediatamente comenzaba a pensar solamente en los contras de tener una relación y terminaba de nuevo evadiendo el tema.
- ¿Qué hacer? Tengo que ir a la escuela… creo que no, solo hoy, prometo que solo será hoy –

Y después de un rato de esperar a un sol que seguramente estaba perezosamente dormido en su cama detrás de las nubes, entro a su cuarto a seguir leyendo lo que no pudo en la noche. Y cantaba una canción mientras pensaba en todo esto y en nada a la vez…





Hay, hay que ver que pronto se puede olvidar
Hay que ser un tonto para recordar
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti
Un amor que pasa, otro llegara, ocupando su lugar
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti

Una noche más, el mismo lugar
Donde te conocí
No se que hago aquí
Algo debe de recordarme a ti

Tú, pensabas que lo nuestro no podía acabar
Y ahora descubres que no es verdad
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti

Hay, hay que ver, que pronto se puede olvidar
Hay que ser un tonto para recordar
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti

lunes, septiembre 5

Satsuki y Yo...

Hoy es un día frio como cuando Satsuki empezó a salir a correr después de la muerte de Hitoshi o como cuando se despidió de él en el rio…

Me hace sentir un poco… melancólica, y también quizá un poco sola…

Es un muy buen libro, demasiado diría yo para las circunstancias que estoy viviendo por el momento, y ha tocado las fibras más sensibles de mi alma poética, romántica y soñadora.

¿Qué hacer? Me es difícil pensarlo, aunque sabía que esto iba a pasar tarde o temprano, pero como siempre, lo vuelvo algo difícil, complico todo, esa es mi naturaleza, no lo puedo evitar.

Un sentimiento me abruma, un pensamiento negativo me corroe, un sentimiento que a pesar de todo, se quedo sentado a mi lado y ni le he dicho que se vaya, ni yo me he podido ir.

El final del libro me hizo llorar, quizá la añoranza por las cosas que no volverán, quizá el querer ver a las personas que me han dejado atrás, el traer de nuevo a mi mente aquellos momentos que pase con ellos, aquellos momentos que me hicieron tan feliz.

Hablo influenciada por lo que he leído, embriagada por las palabras que me hacen pensar en tantas cosas, en tantas situaciones, en tantas personas… en estos días no pienso en otra cosa, y me duermo pensando que puede hacer las cosas mejor, añorando volver para remediar lo que hice. Cuando despierto, las cosas no han cambiado nada, siguen tal como las deje, enredadas como la ultima vez, lentas y desperdiciadas horas muertas que no volverán.

Tengo que hacer que todo fluya de nuevo, estancarse en estos momentos no es una opción… hablar con las personas que siguen aquí, dejar las cosas que han pasado y no volverán, rescatar los momentos que todavía se pueden rescatar, recuperar las memorias de aquellos que vale la pena recordar, y hacer nuevos recuerdos de las cosas del presente que pasan fugaces como estrellas peregrinas que no se dejan tocar.

Me siento melancólica después de todo, y creo que por una temporada no podre hacer nada con este sentimiento.

Lo bueno es que ahora lo acepto y decido seguir adelante.

domingo, septiembre 4

u____U Y uno se pone a pensar...

Me gusta estar en mi cuarto,
Me gusta despertar en el todas las mañanas
Con la luz del sol filtrándose por las ventanas,
Me gusta dormir viendo las estrellas fosforescentes
Que pegue en la pared del lado izquierdo de la cama,
Me gusta sentir el peso de las cobijas
Al comenzar a quedarme dormida,
Me gusta estar ahí,
En el único lugar que podía llamar
Absolutamente mío.

Pero ahora,
Ahí veces que me siento extraña
Forastera en tierra desconocida,
Aunque tmb se bien que se pueden ver las cosas
Desde diferentes lados de la habitación
(Metafóricamente)
Así que puede ser que este parada
En un lado de la habitación
En el que no había estado parada antes.

Y pensar que volveremos a ser 3
Después de un mes y unos cuantos días
Esto me trae me llena el alma
De sentimientos extraños
De sentimientos contradictorios
Creo que es normal
Se que es lo mejor para todos
Que definitivamente las cosas tenían que ser así.

Pero después que hacer lo mejor
Para cambiar mi antigua rutina
Ahora tengo que cambiarla de nuevo.

Solo espero no sentirme un poco sola....

Quizá solo sea
Porque todos se están yendo
A otras partes mientras yo sigo aquí,
Mientras todos ellos me dejan atrás....
Mientras todos ellos me están dejando atrás.

viernes, septiembre 2

Volvere... por ti.

Y dejando atrás un pueblo viejo y una recia lluvia
partí de allí en busca de nuevos horizontes.

Había estado peleando con mi yo interior
que se negaba a marcharse
pero esta vez gano la voluntad por dejarlo todo atrás
y comenzar de nuevo.

¿Que podía hacer
mas que escapar de las garras de la desidia
que me cautivaba con su dulce voz?

Era una decisión que no podía esperar durante mas tiempo.

Ahora me encuentro caminando entre veredas desconocidas
pero que se que me llevaran a un mejor sitio…
donde mi corazón pueda latir de nuevo
con esas vibraciones incontenibles
que me hacían palpitar hasta la ultima fibra de mi ser.

Eso es todo,
no hay otra cosa que hacer,
no estoy abandonado,
ni me encuentro ni me siento solo,
por que tu recuerdo y tu amor van presentes a cada momento.

Y en cada huella que mis pies van dejando en el suelo arenoso…
Se queda también un recuerdo del profundo amor que siento por ti
y por esta tierra.

Te prometo que volveré,
una vez que mi espíritu se encuentre cansado de vagar…

Volveré para poder darte lo que ahora no puedo.