jueves, junio 11

LA TIENDA DE MI NIÑEZ...


¿Recuerdan que hablaba de Alejandro en uno de los escritos anteriores?

Pues las razones son las siguientes… cuando yo era pekeña me enfermaba mucho mis papas y yo nos la pasábamos en el medico por gripas, tos e infecciones en la garganta… me la pasaba entre inyecciones…
No se cuantas personas probamos antes de encontrar a la mamá de Alejandro, ella inyectaba y sabia hacerlo muy bien, tanto que se volvió mi especialista en esos asuntos, ella es hija del dueño de la tienda a la que he ido desde que tengo memoria, “la tienda de Don Chucho”, es un señor muy conocido en donde vivo.

Bueno, algunas veces las inyecciones me las ponía en la casa de su hermana que vivía junto a la tienda, otras veces teníamos que ir a su casa, que esta a unos 2 minutos de la mía, pasando por un callejón que pareciera no tener salida, al llegar ya sabia que por lo menos ese día me estaría doliendo el trasero por causa de la inyección, pues ya entrábamos a su casa y algunas veces Alejandro andaba allí adentro su mama le gritaba: Ale salte porque voy a inyectar a la niña.

Creo que llegue a escuchar que algunas veces lo amenazaba con inyectarlo tmb si no se iba, pero bueno, yo le decía la señora de las chapitas, ¿Por qué? La verdad es que no recuerdo porque pero ese nombre aun la sigue, por lo menos para mi.

Tiempo después deje de enfermarme, deje de tener que ponerme inyecciones, deje de ser delicada, entre a la secundaria y allí lo encontré de nuevo, quizás lo recordaba porque tmb se la pasaba en casa de su abuelo y en la tienda tal como lo sigue haciendo hasta ahora, tratamos, me dijo él que nos hablábamos mejor en primero que en segundo y tercero, seguramente fue porque, si lo admito, el tmb me gustaba cuando íbamos en la secu, aun ahora me resulta curioso, pero al darnos cuenta que nos gustábamos quizás nos dejamos de hablar, al salir de la secu, pues yo me la pasaba con mi primo Rafael en el campo por el que el tiene que pasar para ir a su casa, antier me comentaba que un día, el iba pasando tranquilamente comiendo un bigote de esos de chocolate, cuando de pronto yo le dije: ¿y no invitas? O ¿haber cuando me invitas uno?, la verdad es que no recuerdo haber hecho eso pero supongo que si el lo recuerda es porque es cierto, así que había veces que tenia que ir a la tienda, cuando ya era tarde y yo ya sabia que el estaba, me daba pena ir y encontrarlo.

Recuerdo una vez muy específicamente, yo fui a la tienda a comprar no se que mandado encargado por mi madre, llegue y al verme que me dirigía al mostrador, el se metió, entonces yo me quede: ¿Qué nadie me va a atender?, después de unos minutos, salió su primo Juan, que ahora tiene un Internet al que voy cuando no estoy en la escuela. Bueno salió Juan y me atendió, pero nunca le he preguntado porque no me atendió ese día el, fue muy gracioso, el tmb escribe, aunque nunca me ha querido mostrar sus escritos y le gustan cosas que a mi tmb me parecen interesantes pero hasta ahora no hemos tenido tiempo suficiente para poder convivir, su familia nos ve raro de que pasemos tanto tiempo platicando, el febrero del año pasado, lo vi estaba yo en el Cyber cuando llego a jugar x–box como siempre lo acostumbraba, y luego salió a la tienda y me compro una paleta de corazón, se me hizo súper curioso, no se pero me agradan ese tipo de detalles.

Esta ultima vez que fui a platicar con él a la tienda y en realidad es la primera vez que pasa, me convido dos chicles bubaloo de uva, nuevos apenas salió ese sabor y unos frijolitos, de esos de gomita igual de uva, es raro, siempre que platicamos nos quedamos o sentados o parados en la esquina de mi calle, o me acompaña hasta ahí y luego nos despedimos, debo admitir que tiene detalles encantadores pero no quiero pensar en nada mas que eso… detalles.

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