Hoy al amanecer sentí unas ganas gigantescas de salir corriendo tras un recuerdo... creyendo que el había vuelto, mientras la neblina cubría mi camino impidiéndome continuar, no halle otra manera que seguir los latidos del corazón que me indicaban hacia donde ir…
No podía ser posible… el estaba allí parado a unos cuantos metros de mi con sus brillante ojos cafés, aquellos ojos que tantas veces hicieron de mensajero cuando la solución solo era quedarnos callados, el pavimento de la solitaria calle por la que había entrado era de un gris tan intenso como al lluvia de la noche anterior… sin preguntarle nada me acerque a el, me colgué de su cuello, lo besé con tal intensidad que todo el entorno se borro de un momento a otro…
Seguimos sin decirnos nada, caminamos sin tomarnos de la mano, mientras la neblina iba desvaneciéndose poco a poco, no había razones para volver al lugar de donde había salido ya hacia varias horas, podía sentir muy cerca la calidez que siempre desprendió el estar a su lado, no tenia necesidad de nada, no quería, ni pedía nada, solo era el lo que necesitaba, mi miro y pude ver en sus lánguidas pupilas un dejo de nostalgia por alguna cosa que en ese momento no recordé…
Al mirarnos acerco lentamente su rostro al mío y un beso nació de aquel acercamiento, lentamente acerque mi mano a la suya, pero no toque nada, suavemente abrí los ojos al ínfimo momento de realidad… ya no estaba.
Puede ver simplemente como el sol entraba sigilosamente por la ventana del cuarto…
Hoy en la mañana sentí unas gigantescas ganas de salir corriendo tras un recuerdo…
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