sábado, abril 27

Primera vez en Bongie


Para mi estar enamorada había sido un estado, un estilo de vida, una actitud para enfrentar problemas o situaciones que en estado no alterado de conciencia habrían sido, como decirlo... no tan fáciles.

A lo largo de los años conforme mis decisiones fueron mas y mas equivocadas, decidí que lo mejor era, mmm... bueno, pues, guardar mis sentimientos y mi corazón para que no fueran por un camino equivocado como siempre; pero hay veces, que el corazón hace su santa voluntad y rige al resto del organismo, sin que uno pueda evitar ser llevado a esa clase de lugares a los que luego uno piensa que nunca volverá.

Es parte de la vida supongo, pero lo que en un tiempo fue una forma de vivir irresponsable y libre, ahora se ha convertido en una decisión con responsabilidad, un asunto delicado que aparte de tener que ser meditado y masticado por la mente una y otra vez, se ha convertido en un sentimiento parecido al que se siente por primera vez al estar parado en la orilla de la plataforma antes de lanzarte en bongie o en paracaídas.

El tipo de crisis a las que estaba acostumbrada y que eran cosas de adolescente, ahora de cierta forma son mas criticas, mas fuertes desde los ojos con que las miro ahora, supongo que debería ser normal, algo de hippies ¿como vinieron a dar los hippies aquí? pues yo lo digo por lo psicodélico, por el estado de conciencia alterado que las drogas que el amor hace que el cerebro segregue, se vuelvan adictivas... y así cuando recaes y luego intentas desintoxicarte es mas el dolor, es mas el sufrimiento en medio de la recuperación. 

Ahora después de tanto tiempo lejos del bongie, estoy parada en la plataforma, tengo ganas de saltar, pero tengo miedo; aunque no creo ser la única con miedo.

Que tal si al saltar se suelta el resorte y caigo sobre alguien y aparte de matarme reventándome la cabeza, mato a otra persona que ni la debía ni la temía...

Definitivamente será una decisión difícil.

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