Curiosamente aun
con el historial que tengo no pensé que
fuera tan complicada esta situación, y extrañamente tengo el
presentimiento de que se pondrá peor, quizá como siempre me equivoque y las
cosas mejoren.
Decisiones se
tomaron, cosas se dijeron y acciones se realizaron, de acuerdo a la ley
causa/efecto, algo pasaría después y tendría que ser de la misma intensidad,
supongo que hoy el dolor es un poco menos y me permite estar más lucida que
ayer o antier; y por supuesto más en mis cabales, o quizá es porque es muy
temprano y acabo de abrir los ojos de una sueño (literalmente) en el que él
aparecía, así que en estos momentos me siento tranquila.
No me arrepiento
de nada, y como buena guerrera acepto las consecuencias de mis actos, aunque
como buena soñadora, mi alma demanda más. La batalla por encontrar el
equilibrio entre esas dos partes, apenas está comenzando.
Él debería saber
que a partir de este momento no importa que tan impersonal o que tan alejado o
normal se escuche lo que diga, escriba o haga, la intensidad de los
sentimientos no disminuye en lo más mínimo; esta es la estrategia de guerra que
usare contra mí misma.
Pasaron, dejó
atrás en estos momentos los días de crisis, de llanto nocturno, de enojo
vespertino, me quedo con la alegría matinal, y fijo mi mirada la frente,
seguiré mi camino, porque de nada sirve quedarme sentada en una roca llorando
al lado del camino.
Si somos el uno
para el otro, si de verdad hay algo más
para nosotros después, nos encontraremos de nuevo, y las cosas irán bien.
Por eso es que
debo seguir, si él sigue no puedo quedarme ahí donde la última vez que nos
vimos, y si yo sigo quiero impulsarlo a seguir también a que no este triste y
hacerle saber así que tan grande es mi amor y que todo estará bien.
Estaré bien por
los dos de ser necesario.
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