viernes, marzo 26

CAMILA...


Una profunda nostalgia invadía el alma de Camila, una q no sabia como explicar, se sentaba frente a la ventana a ver como salía el sol, se paraba en la puerta a ver como se metía…


Se acostaba en la tapa de la cisterna a ver las nubes pasar sobre ella, caminaba sin sentido, simplemente por caminar, aunq su andar era pesado y desganado, la mirada de las personas no significaba nada para ella, las mirada como quien ve estatuas polvosas de un museo antiguo, aburridas, indiferentes, sin el brillo del amor en los ojos… aunq lo preocupante era q aun ella misma estaba sin brillo y mas fuera de contexto q un gato loco en una jaula de pajaritos cantores.

La escuela era la rutina de los últimos meses, la casa un lugar simplemente a donde llegar a dormir, los amigos solo alguien con quien pasar el tiempo, la relevancia q todo tenia siempre para ella, se desvanecía en la inutilidad de la sensatez y en el disimulo del a desgracia y la desidia de la vida.

Ya no era ella misma, ya no lo era, miraba sus manos, aquellas manos con las q tantas veces creo cosas hermosas, con las q acaricio con benevolencia la mejilla de Renato, con la q tantas cartas había escrito derramando su alma en cada una de ellas, ya no eran mas q pedazos de barro seco q no tenían mas utilidad, sus pies obedecían a las líneas del camino, no a su dueña q por mas q quisiera quedarse quieta y desenchufada del mundo, la llevaban a las profundidades del descontento y la desesperación por encontrar las respuestas q al final parecían erradas en su totalidad.


Ya no se sabia en q ambiente podía volver a ser ella misma, el se había marchado dejando dentro de ella un profundo vacio por el q se filtraba el frio aire de la ausencia, de la desesperanza y la de angustia y melancolía continuos, no, ya no era ella misma desde q el se había marchado, anhelaba verse una vez mas reflejada en las pupilas lánguidas y escasas de Renato, de deseaba con todas sus fuerzas, pero aun ella misma no veía su propio reflejo cuando se miraba al espejo.

Ya no era Camila, ya no era.

Aquella extraña la poseía y la utilizaba como una letal arma quebranta huesos, la había convertido en una persona fría, sin sentimientos, sin corazón, se encontraba extraviada, pero sabia bien donde estaba, Renato se había llevado su esencia, se había llevado su dulce y cálida personalidad, y solo el seria capaz de devolverle con la sonrisa, lo poco de alma humana q le quedaba.

1 comentario:

Ralemz dijo...

Hola!

que agradable ver otro fragmento. Bien detallado...

voy a comer pestoy de rapido...
al rato o luego vengo a extender el comentario.!
Besos y abrazos!