sábado, octubre 15

Promesa...



“…Te prometo siempre estar pendiente de ti, no estas solo…

En las buenas y en las malas, en las tristezas y las alegrías, en la tormentas y en la quietud…

Hago una promesa solemne de ser para ti, una persona incondicional, una amiga que pueda ayudarte en cualquier situación, una enfermera para tu alma, una maestra para tu niño interior, una compañera para tus aventura, una afable alma cuando te sientas apartado, un pilar cuando sientas que todo se caerá, un oído atento cuando quieras ser escuchado, una mano amiga cuando te sientas caer, una sonrisa cálida cuando lo necesites, una almohada en tus noches con sueño, una luz de vela para tus noches de insomnio… encontrándote estés donde estés y si estas perdido, buscándote hasta el fin del mundo.

Te prometo eso y más, porque tú lo has sido para mí cuando lo necesito y es la única manera de pagar tanto… porque es la única manera…”

Simplemente termino de decirlo, con las cuencas oculares inundadas en lágrimas, lo soltó de la chaqueta, retirando su frente del pecho de él, disimulo el llanto tallándose los ojos, lo tomo de la mano y ya ninguno de los dos dijo nada, sencillamente se marcharon caminando hacia un atardecer naranja que brillaba desde hacia unos minutos a espaldas de ella...

1 comentario:

Ralemz dijo...

Ya nos hace falta continuar nuestras creaciones principales mas árduamente. Ya me hace falta.

Esas despedidas son un experiencia elemental en la vida humana. No dejan de estremecernos. Ni de hacernos crecer tampoco.