A veces creo mirarte, a la distancia, lejos, ya muy lejos, con las luces de la ciudad de fondo como los millones de estrellas en el firmamento; pero ya no trato de alcanzarte, si acaso estiro mi mano es para ver que tanto ha crecido la distancia entre nosotros...
Han sido días muy nostálgicos, de los que solo se viven una vez en la vida, días serenos y grisáceos, con un viento frío que trata de llevarse las ultimas penas que me quedan; días de extrañarte y odiarte; días de pensarte y luego tratar de olvidarte; días en que todo parece tan lejano ya; días en que la vida retoma un cauce en el que navego hacia otras aguas, muy diferentes a las que navegamos juntos.
Sencillamente estiro mi mano para ver, cuanto ha crecido la distancia entre nosotros...
1 comentario:
Tus palabras me matan, teniendo prohibido morir.
Yo también estiro el brazo.
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