miércoles, septiembre 7

Rapsodia de una estrella vagabunda Fragmento 0.002

Se sentó en su balcón a esperar el amanecer, mientras pensaba en él.

Un cielo azul violeta, con nubes que predecían que llovería, una neblina azul como la del libro que había leído, se iba convirtiendo en gris blanquecina mientras pensaba en el final de aquel libro, tenia razón, la razón de su falta de sonrisa
– No estoy triste, simplemente no sonrió – decía en sus adentros mientras el fugaz momento de paz se desvanecía para dar paso a un amanecer nublado.

Pequeños charcos de agua que se quedaron después de la lluvia en el techo de su vecina, un delicado viento matutino, los recuerdos de la secundaria, los salones a oscuras y su acostumbrada vuelta por talleres y laboratorios para ver todo a oscuras, los focos solo alumbraban lo necesario, todo era tan diferente a cuando el sol iluminaba todo; verlo de lejos, allí estaba como siempre, sentado en el mismo lugar de costumbre, frente al salón, esperando a la maestra Hortensia que les daba español a la primera hora; si no estaba allí, también estaba dando vueltas atrás de los salones y ella recordó de pronto las miradas de cuando se llegaban a encontrar en sus paseos matutinos en la oscuridad.

Ver a los de nuevo ingreso le traía tantos recuerdos, y siempre de cada uno de ellos, de cada una de esas personas, siempre se preguntaba ¿Qué habrá sido de ellos? Y su respuesta siempre era la misma: “casados seguramente”.

Ella no estaba interesada en ese tema, aunque a veces solía pensar que un novio no le vendría mal, pero siempre, inmediatamente comenzaba a pensar solamente en los contras de tener una relación y terminaba de nuevo evadiendo el tema.
- ¿Qué hacer? Tengo que ir a la escuela… creo que no, solo hoy, prometo que solo será hoy –

Y después de un rato de esperar a un sol que seguramente estaba perezosamente dormido en su cama detrás de las nubes, entro a su cuarto a seguir leyendo lo que no pudo en la noche. Y cantaba una canción mientras pensaba en todo esto y en nada a la vez…





Hay, hay que ver que pronto se puede olvidar
Hay que ser un tonto para recordar
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti
Un amor que pasa, otro llegara, ocupando su lugar
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti

Una noche más, el mismo lugar
Donde te conocí
No se que hago aquí
Algo debe de recordarme a ti

Tú, pensabas que lo nuestro no podía acabar
Y ahora descubres que no es verdad
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti

Hay, hay que ver, que pronto se puede olvidar
Hay que ser un tonto para recordar
Pero yo, yo no puedo evitar pensar en ti

1 comentario:

Ralemz dijo...

Me gustó el estilo, la entrada, los sentimientos bien reflejados en la redacción. Incluso la forma en que termina, aunque se trate de un fragmento.

Sigue Moonlight Shadow ejerciendo un efecto misterioso verdad?, a mi me pasa incluso a tantos años de haberlo leido...