Aquel encuentro había sido algo sorpresivo y hermoso…
Después de haber luchado con ella misma durante tanto tiempo, ahora por fin, podría verlos a los ojos sin tener culpa o enojo.
Aquellos meses de amarga soledad y llanto incansable, por fin habían rendido frutos y se encontraba en uno de los mejores momentos de su vida, su alma y corazón estaban en paz, una paz y una alegría que ni siquiera podía explicar. Esa sensación de que todo estaría bien pasara lo que pasara.
El se había dado cuenta de la diferencia de la Camila que había conocido un par de años atrás y esta pacifica muchacha que ahora tenia ante sus ojos.
Renato no había tenido mucho que decir.
El encuentro tan sorpresivo había dejado a ambos en blanco… ningún discurso de parte de él, ninguna palabra en respuesta a algún comentario ofensivo de parte de ella, ningún reclamo de parte de Camila.
Una sonrisa broto de manera natural en ambos bandos. Una invitación con la mirada… un ladeo con la cabeza en señal de aprobación…
Después de haber luchado con ella misma durante tanto tiempo, ahora por fin, podría verlos a los ojos sin tener culpa o enojo.
Aquellos meses de amarga soledad y llanto incansable, por fin habían rendido frutos y se encontraba en uno de los mejores momentos de su vida, su alma y corazón estaban en paz, una paz y una alegría que ni siquiera podía explicar. Esa sensación de que todo estaría bien pasara lo que pasara.
El se había dado cuenta de la diferencia de la Camila que había conocido un par de años atrás y esta pacifica muchacha que ahora tenia ante sus ojos.
Renato no había tenido mucho que decir.
El encuentro tan sorpresivo había dejado a ambos en blanco… ningún discurso de parte de él, ninguna palabra en respuesta a algún comentario ofensivo de parte de ella, ningún reclamo de parte de Camila.
Una sonrisa broto de manera natural en ambos bandos. Una invitación con la mirada… un ladeo con la cabeza en señal de aprobación…