miércoles, agosto 11

Una duda... y un adiós.


Tenia q comenzar a asimilar el hecho de q quizás había comenzado una etapa en la q la rutina empezaba arrasando con su noviazgo y q Renato comenzaba a mostrar un ligero desinterés en la relación, aunq sabia q podía hacer un esfuerzo por romper con ese circulo rutinario… intento por meses, de verdad q lo intento por muchos medios, pero cada vez Renato parecía mas y mas alejado, frío… indiferente.

Se sentaban en la misma banca del parque, en la misma postura cada vez, no decían nada, un beso en ciertos momentos ya predeterminados, para cumplir un requisito, una caricia en la mejilla cuando parecía q a Renato se le ablandaba el corazón, un disimulado rechazo de Camila, un arrepentimiento, un ruego, un abrazo de reconciliación, una caminata a casa, un pedazo de corazón q dejaba de vivir cada vez… como los pétalos de una margarita en manos de un enamorado.

La relación estuvo entre tormentas durante meses, pero de pronto una intranquila y rara paz se apodero de ella, era como al lluvia q parecía estar hecha de diminutas gotitas, como la lluvia de cuando sabes q a casi a nada dejara de llover, lo cual solo quería decir dos cosas: 1.- Su amor retomaba el vuelo, 2.- Entraba en un estado de coma perpetuo del q solo podría salir… muerto.

Un amor muerto, una separación definitiva y gris…

Camila sabia q algo importante ocurriría en muy poco tiempo, algo q seria bueno porq de cualquier forma, terminaría con este suplicio q vivían desde hace meses, los constantes y falsos mensajes de él, disculpándose porq no podría verla como habían quedado, las visitas cada vez más esporádicas para por lo menos saludar a Doña Catalina…

Aquella tarde todo era diferente, el comportamiento de Renato era totalmente radical en comparación con los meses pasados… La había citado, pero no solo eso, si no q tmb la recogería para q tuvieran mas tiempo para ellos, era lo q había mencionado en la llamada de la semana anterior, esperaba ansiosa la añorada cita. Renato debía estar preparando algo muy especial, ya que se había negado a q se vieran antes de aquel sábado…

Renato llego más puntual q nunca, toco el timbre y Camila salió corriendo a recibirlo, él la beso tan dulcemente q ella no hizo mas q abrazarse a el por un momento, entraron, él saludo a Doña Catalina, y deposito el paraguas en la orilla del sillón, mientras tomaba el vaso de agua q su suegra le había ofrecido, mientras estaban sentados en el sillón, ella le acariciaba el cabello, ondulado y no muy corto, a el no le molestaba, muy al contrario ella sabia q nunca se oponía a q ella hiciera eso… no tardaron mucho, Camila parpadeaba lento, como si quisiera conservar de esa manera la foto instantánea en su mente, aquel Renato del q se había enamorado desde q lo vio por primera vez en la biblioteca, Renato al mirarla, se encontró con la sonrisa q lo enamoro cuando semiinconsciente pregunto por su amiga, después del balonazo. Se sonrojo, se puso de pie y tomo el paraguas, luego la mano de Camila y de despidió de Doña Catalina, dejando saludos para Don Adolfo y salieron por aquel zaguán como la primera vez…

Se fueron tomados de la mano, todo el camino, lo cual extrañamente hizo latir sin ton ni son el corazón la chica, sabia q irían a un lugar diferente al de convencional cuando tomaron el camión no acostumbrado, se sentaron en uno de los primeros asientos, y el la abrazo para q pudiera recostarse en su hombro, y así recorrieron la ciudad, entre los forcejeos del los pasillos del metro… Popotla-Hidalgo-Centro Medico- Chilpancingo… saliendo solo caminaron un poco, cosa de nada, y todo pintaba de maravilla, el no la había descuidado desde q salieron del hogar y al llegar observo ansiosa lo bello de aquel sitio, fuentes, bancas con diseño de trocos de árbol, vendedores en sus carritos tradicionales, un andador q tenia un toque romántico gracias a las enredaderas q los rodeaban.

Se sentaron en una de las bancas, frente a la fuente de los patos, después de q él le había comprado un algodón de azúcar rosa, q sabia q a ella tanto le gustaba… Renato la había llevaba a ese alejado lugar por una razón en especifico, y no le había permitido poner atención al camino, distrayéndola con besos en la frente, sonrisas furtivas y coquetas, con caricias q tendrían un precio alto para su alma, cuando este día terminara.

Mientras ella comía el algodón, el tenia la mirada fija en el horizonte y sin decir nada poso la barbilla en la cabeza de Camila, para no darle oportunidad de ver las lagrimas q rodaban por las mejillas morenas de Renato, y sabia q tenia q ser así, porq de volver a ver las brillantes pupila color Hazel de Camila, nada de esto tendría razón de ser… era mejor q ella no sospechara lo q estaba a punto de suceder.

Saco de su bolsillo un billete de $50 y se lo dio a Camila para q lo guardara en su mochila con la justificación de q si no lo hacia en cualquier momento podría gastárselo y ya no podrían volver a casa, ella lo guardo sin pedir más explicaciones, y volvió a recargarse en el hombro de su amor, sin dejar de darle pellizquitos al algodón q no podía o no quería terminarse.

Como es q la ausencia mental de Renato no la hizo sospechar nada? Quizás era porq ya estaba tan acostumbrada a ese tipo de comportamiento de parte de él.

En momentos Renato presionaba suavemente la mano de Camila, como si esa fuera una manera de contener las lagrimas q no podía evitar, como si pudiera terminar con esa tortura, como si con eso lograra hacer q su corazón lo soportara… y pensó para si… “es ahora o nunca”.

- Tengo q… - comenzó él, sin q ella le prestara atención
- Q pasa? Te sientes mal? - le pregunto ella al cabo de unos segundos, con la mirada llena de preocupación
- No, estoy bien, bueno en realidad no, pero no te preocupes, no es de consideración - respondió él, intentando sonreír
- Extrañaba esto sabes? - dijo ella, apretando el brazo de el contra su pecho, abrazándolo
- Si, ya tenía mucho, q no salíamos -
- No precisamente, más bien, me refiero a la cercanía –

CERCANIA??? Se preguntaba Renato en su interior y comenzó dentro de si un monologo sin q oyera lo demás q Camila le decía desde el fondo de su corazón…

Esto no es cercanía, no ves acaso niña hermosa, q lo q estoy tratando de hacer es alejarme de tu vida, salir de tu camino, eso es lo q estoy tratando de hacer, pero tu lo estas haciendo mas difícil de lo q pensé…

- Tengo q irme a mi casa -
- Porq? No tenemos mucho tiempo fuera -
- Pero se me olvido q tenia q…-
- No importa, fue lindo el día de todos modos, aunq fuera poco tiempo -

La llevo abrazada camino hacia el transporte, lo cual le resulto muy tierno de parte de Renato, aunq él lo había hecho para q no lo viera llorar… para q no lo viera desmoronarse. Cuando tomaron el transporte en la base, le dijo q buscara un asiento en la parte media del camión, el cual estaba a punto de irse, pago y volteo a ver a Camila quien lo miraba dulcemente mientras esperaba q se fuera a sentar, mientras el torcía un gesto q parecía ser una sonrisa, todo al unísono del arranque del camión, se detuvo, le dijo algo al chofer y le dio un billete…el chofer asintió con la cabeza sin decir nada, Renato se bajo del transporte, el chofer cerró las puertas la delantera y la trasera, Camila no sabia como reaccionar, no sabia q hacer, el bus avanzo con lentitud, mientras ellos se miraban a través de la ventana, Renato lloraba ya sin importarle nada y Camila alcanzo a leer en sus labios una ultima frase… “PERDONAME” … se seco las lágrimas de un jalón y se fue.

Camila quedo en blanco, porq había hecho eso?
Porq lloraba?
Porq se había portado tan lindo hasta el último momento?
Que era lo q estaba pasando?

Ya de vuelta en casa…
- Y eso? Porq volvieron tan rápido? -
- Renato tenia algo importante q hacer -
- No se regresaron juntos? -
- Este… no, era algo demasiado urgente y lo había olvidado –

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